domingo, 6 de mayo de 2012

AS PALLOZAS DE BALOUTA

Balouta es el último pueblo de la provincia de León, fronterizo con Asturias y con Lugo, y que destaca principalmente por las pallozas, construcciones típicas de la zona de origen anterior a los romanos y que han sido utilizadas hasta bien entrado el siglo XX como vivienda principal.





Son construcciones de estructura elíptica y rectangular, principalmente para poder salvar los desniveles del terreno y también porque así se podían construir más grandes.





En el mismo recinto estaban situados la vivienda, el establo y el pajar. Solían ser frescas en verano y calientes en invierno, el calor lo facilitaban los animales, junto al fuego de la Lareira, en su interior, se obtenía una temperatura más que confortable.





La madera, la piedra y la paja, son los elementos básicos para su construcción, la planta de la palloza, puede tener varias formas: circular, elíptica u oval, de gruesos muros de piedra y pizarra (se utilizaban las de mayor abundancia de la zona), cuando era necesario, la piedra se trabajaba por canteiros expertos, los cuales, daban forma a la piedra para adaptarla a las necesidades de la construcción. Solía tener muy pocas ventanas una o dos eran suficientes para mantener una ventilación adecuada. El techo por lo general no tiene salida de humos o chimenea, ya que el mismo se filtraba entre la paja.





El techo es la parte más frágil de la palloza, está formado por una estructura de madera cubierta por una gruesa capa de paja de centeno, y con un espesor entre 40 ó 50 cm, a la que llaman Colmo o Teito.


La forma del techo es cónica o piramidal, tiene un gran desnivel, lo que facilita que el agua y la nieve no se acumulen en el tejado, evitando de esta manera, el riesgo a posibles derrumbamientos.





El interior se distribuía por zonas o bancales, el mayor era destinado a las personas y otro algo menor para el ganado, y a veces, había uno mucho más pequeño, situado por el medio de la palloza y que generalmente se utilizaba para guardar las herramientas.






Una vez obtenida toda esta información nos damos cuenta del porqué, a pesar de las inclemencias meteorológicas y de el presunto aislamiento de la comarca, las gentes de Balouta y los alrededores han conseguido mantener viva la zona, aunque como las Pallozas de la misma, la localidad va perdiendo gente poco a poco hasta llegar a un punto prácticamente de no retorno.





Y sin nada más que decir, he querido dar mi humilde homenaje a las gentes y a la comarca de Los Ancares, zona completamente desconocida para mi, pero que me ha maravillado de tal manera que prometo volver próximamente otra vez a recorrer sus montes y a disfrutar de su variada gastronomía